En breve
20.04.2019
L.P.C. Julieta Espinosa
La semana del 24 al 30 de abril será celebrada la Semana Mundial de la Inmunización 2019, con el propósito de «promover la vacunación para proteger contra las enfermedades a las personas de todas las edades». Impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), este año tendrá por lema «Protegidos colectivamente: ¡las vacunas funcionan!», en alusión al objetivo principal de la campaña de sensibilizar sobre la importancia fundamental de lograr una inmunización completa a lo largo de la vida.
Cifras publicadas por la OMS apuntan que, para 2016, la vacuna contra la Haemophilus influenzae tipo b (causante de meningitis, neumonía y septicemia) había sido introducida en 191 países; por su parte, la correspondiente contra la hepatitis B estaba presente en 186. En cuanto a la poliomielitis, el registro para el mismo año, era de 85 % de los lactantes de todo el mundo vacunados; mientras que para el tétanos, el porcentaje apuntaba a 84 % de los recién nacidos inmunizados en el planeta.
Gracias a las políticas públicas implementadas en México en el siglo pasado, la poliomielitis y la difteria han sido erradicas; en tanto, para 2018 la Secretaría de Salud reportó 132 casos de tosferina y siete de tétanos, lo que supone la realización de esfuerzos adicionales para asegurar la cobertura de vacunación en el país.
Uno de estos esfuerzos fue el realizado en 1999 por la Secretaria de Salud, entonces encabezada por el Dr. Juan Ramón de la Fuente Ramírez, cuando fue introducida al esquema nacional de vacunación la vacuna pentavalente celular (DPT+HB+Hib). Una decisión que permitió la vacunación contra la difteria, la tosferina, el tétanos, la hepatitis B y las infecciones causadas por Haemophilus influenzae tipo b en una misma inoculación.
La virtud de dicha vacuna radicó en incrementar el número de biológicos sin acrecentar el número de inyecciones, lo que le valió a México el reconocimiento internacional, al ser el primer país Latinoamericano en incorporar la vacuna pentavalente y prevenir, así, más de mil decesos infantiles por neumonía y meningitis bacteriana, según lo declarado por el Dr. de la Fuente en aquel momento.
Anterior a 1999, el esquema nacional de vacunación consideraba una inmunización primaria con DPT (difteria-tosferina-tétanos) a los dos, cuatro y seis meses de edad, la cual fue sustituida y complementada por la pentavalente celular: DPT + HB (hepatitis B) + Hib (Haemophilus influenzae tipo b). Su aplicación en tres momentos fue realizada hasta 2008, cuando fue reemplazada por la vacuna pentavalente acelular (DPaT+VIP+Hib).
La nueva vacuna no contendría el componente de hepatitis B pero incluiría los virus inactivados de poliomielitis tipos I, II y III, además del toxoide diftérico, el toxoide tetánico, el toxoide pertúsico y una proteína de la bacteria Haemophilus influenzae tipo b. De esta manera es que la vacuna pentavalente acelular es aplicada a bebés menores de un año y medio en cuatro dosis: a los dos, cuatro, seis y 18 meses; al tiempo que la vacuna contra la hepatitis B es administrada por separado.
El vigésimo aniversario de la introducción de la vacuna pentavalente en México se suma a la conmemoración de los también 20 años de los Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México, S.A. de C.V. (BIRMEX); creados por el Gobierno Federal como una empresa de participación estatal mayoritaria, a fin de «incrementar la eficiencia de los procesos productivos, desarrollar nuevos productos, mejorar las prácticas comerciales, desarrollar otros mercados y mejorar los estándares de calidad».
El desarrollo, producción, importación y comercialización de vacunas y antivenenos antes de 1999 era realizado por la Gerencia General de Biológicos y Reactivos de la Secretaría de Salud, con cuya transformación continuó cubriendo la demanda nacional y alcanzó el primer sitio en Latinoamérica como productora y, comercializadora de biológicos y medicamentos esenciales.