La Flora del Bajío, la colecta de 23 años de investigación  

L.P.C. Julieta Espinosa

Dr. Jerzy Rzedowski Rotter. Retrato: Jorge Alcántara

 

 

Reunir y caracterizar la flora silvestre de 2.5 por ciento de la superficie continental del país, es el objetivo que durante más de dos décadas, ha perseguido el Dr. Jerzy Rzedowski Rotter. Una labor que en magnitud comprende, la colecta y estudio florístico de 50 mil kilómetros de extensión aproximada, que albergan 25 por ciento (de 5 mil 500 a 6 mil especies de plantas vasculares) de la riqueza estimada del país.

 

Es la “Flora del Bajío y de Regiones Adyacentes”; un proyecto auspiciado por el Instituto de Ecología, A.C. (Inecol), que tiene por objetivo la elaboración y publicación del inventario de especies de plantas vasculares, que de forma silvestre están presentes en los estados de Guanajuato, Querétaro y la parte Norte del de Michoacán.

 

La inexistencia de estudios florísticos en la región, así como la paulatina desaparición de la vegetación original, a causa del crecimiento urbano y agrícola, fueron los factores que llevaron al investigador emérito del Inecol a determinar dicha zona como área de estudio.

 

Razones que, de acuerdo con él, quedaron resumidas en “la predilección especial que tenía por el Bajío, como un sitio que valía la pena estudiar; una zona que había sido postergada en términos de estudios biológicos, por la que botánicos y zoólogos habían pasado sin haberse detenido”.

 

Fue entonces, que el Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), estableció el centro de operaciones del proyecto en Pátzcuaro, Michoacán. Municipio al que cambió su residencia, luego de 23 años de labor docente y científica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN); donde al lado de su esposa, la Biól. Graciela Calderón de Rzedowski, consolidó su interés por el estudio botánico de México.

 

La exploración del área objetivo, fue la labor que el matrimonio Rzedowski encabezó por siete años, a partir de 1985. Un trabajo que arrojó 42 mil números de colecta, correspondientes a más de 140 mil ejemplares de plantas vasculares.

 

Estas últimas, conformadas por helechos, plantas con semillas expuestas (gimnospermas) y plantas con flores (angiospermas); que constituyen, en conjunto, los principales componentes de la cubierta vegetal nacional y mundial.

 

El material recopilado en la etapa de exploración fue complementado con el colectado en fechas anteriores a 1985, que oscilaba entre los 20 mil y 25 mil números de colecta; los cuales refieren a las claves asignadas por los colectores a cada una de las especies encontradas.

 

El total de números de colecta recopilados para 1991 fue de más de 60 mil; una cifra alcanzada con la colaboración de investigadores, técnicos y aficionados de diversas instituciones, que evidenció la magnitud de la colecta personal del Dr. Rzedowski, que a la fecha asciende a 53 mil.

 

La década de los 90 marcó el inicio de la segunda etapa del proyecto; cuando, en palabras del investigador, “alcanzamos un nivel en el que pensé, debíamos tener representado en las colectas, más de 90 por ciento de la flora de la región; un panorama ante el que decidimos no seguir con la fase de exploración intensiva e iniciar con la elaboración de la Flora”.

 

El proceso fue descrito como un estudio integral de la flora, que además de inventariarla, incluiría contribuciones taxonómicas, monográficas, florísticas locales y fitogeográficas; cuyos resultados serían publicados a manera de fascículos, cada uno correspondiente, en principio, a una familia y sin una secuencia preestablecida.

 

Hasta hoy, han sido publicados 154 fascículos y 21 complementarios; de los cuales el Dr. Rzedowski es autor de 29 y la Biól. Graciela Calderón de 46. Un conjunto de manuscritos, cuyas autorías congregan a botánicos nacionales y algunos extranjeros, que han dedicado parte de su carrera al estudio de la ”Flora del Bajío y de Regiones Adyacentes”.

 

Al respecto, el acreedor al premio Botánico del Milenio en 1999, considera que el proyecto ha cumplido con uno de sus objetivos, “al involucrar a la comunidad botánica nacional e internacional, mediante la convivencia y el trabajo en equipo de investigadores y tesistas de diferentes grados, en este trabajo que juntos hemos emprendido”.

 

De manera simultánea a la elaboración de la Flora, fue inaugurado el Herbario del Centro Regional del Bajío; el cual satisfizo la necesidad creada por el proyecto, de contar con un espacio físico que asegurara la conservación de los ejemplares colectados y congregara la información generada de su estudio.

 

El Herbario, ubicado en las instalaciones del Inecol Bajío, inició en 1985 con un acervo de 3 mil ejemplares; cantidad incrementada a lo largo de 23 años, hasta alcanzar los más de 200 mil especimenes que alberga en la actualidad.

 

“La base material del proyecto”, como denomina el Dr. Rzedowski al Herbario, mantiene intercambios con 30 herbarios nacionales y extranjeros; al tiempo que su base de datos, incorporada a la Red Mundial de Biodiversidad, cuenta con 163 mil 418 registros, correspondientes a 286 familias, 2 mil 500 géneros y 16 mil 460 especies.

 

Los resultados de la “Flora del Bajío y Regiones Adyacentes” arrojan que ha sido publicado 83 por ciento del total esperado en cuanto a familias vegetales (185). Porcentaje que para el editor en jefe del Acta Botánica Mexicana, constituye un hecho “del que no estamos muy satisfechos, pues ya llevamos 23 años y aún no terminamos; creíamos terminar el proyecto antes, pero no resultó así”.

 

México destaca por sus endemismos en plantas vasculares; de ahí que la región del Bajío no sea la excepción con el registro de 60 nuevos taxa, correspondientes a 55 especies y 5 variedades. Un número reducido en comparación con otras regiones del país, sin que por ello carezca de importancia.

 

La confluencia de vegetación propia de diversas zonas del país en el Bajío, es una de las características destacadas por el Dr. Rzedowski; al explicar que “la región de estudio incluye parte de la Sierra Madre Oriental, parte del Eje Volcánico Transversal y parte del Altiplano, lo que la hace partícipe de varias regiones florísticas”.

 

Situación similar es la que ocurre con los endemismos, en la que especies endémicas de la Sierra Madre Oriental o de la Zona Árida de Chihuahua están presentes en el territorio explorado y evidencian la convergencia de la biodiversidad.

 

El deterioro ambiental del Bajío es un aspecto del que el Dr. Rzedowski, ha sido testigo desde el inicio del proyecto hasta la actualidad y cuyo juicio apunta a que el panorama “definitivamente no es igual”.

 

En sus palabras, “la modificación del ambiente natural continúa con gran intensidad. Quizá en el Bajío en particular, no sea tan notorio, pero en el Norte de Michoacán, en grandes extensiones de Querétaro y en el Norte de Guanajuato, el deterioro es acentuado y difícil de frenar”.

 

Un escenario regional inmerso en la realidad nacional de las plantas vasculares; en el que de las 23 mil 402 especies reconocidas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), 343 están amenazadas, 254 en peligro de extinción y 4 extintas en el medio silvestre.

 

A más de dos décadas del inicio de la “Flora del Bajío y Regiones Adyacentes”, su impulsor, coordinador y cooeditor, espera que para el aniversario XXV del proyecto sean publicados cinco fascículos más de “esta obra que con buen reconocimiento, no es una obra perfecta; y de la que, como todo trabajo de taxonomía vegetal, llegar al 100 por ciento es una meta ilusoria, pues siempre habrá novedades que hagan ver que lo anterior, no está completo”.

 

 

 

 

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Julieta Espinosa

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