¡SERENDIPIAS!

¡Serendipia!  Relación páncreas-diabetes

Responsable de la regulación de los niveles de glucosa en la sangre, al almacenarla en las células para su aprovechamiento energético, la insulina es una hormona empleada en el tratamiento de la diabetes. Hoy en día, su administración ha sido popularizada mejorando la calidad de vida de los pacientes diabéticos, sin embargo, antes de 1923 la única indicación para su tratamiento era la ingesta de una dieta baja en azúcares.

 

Conocida en antaño como la «enfermedad dulce», la diabetes era diagnosticada por el sabor dulce de la orina de quienes la padecían, mas era ignorada la causa que la provocaba. Fue hasta 1899 que fue hallada por serendipia la solución, cuando en los laboratorios de la Université de Strasbourg, Francia, el fisiólogo lituano, Oskar Minkowsky, y el médico alemán, Joseph Frieprich Freiherr von Mering, extirparon el páncreas a un perro para evaluar si dicho órgano era indispensable para la vida y si jugaba algún papel en la digestión.

 

Tras la cirugía, el cuidador del perro observó que éste orinaba por sobre lo habitual (poliuria), manifestaba una sed insaciable y presentaba un incremento excesivo en el apetito (hiperfagia), todos ellos síntomas de la diabetes. Además, la orina era peculiarmente merodeada por una nube de moscas, lo que impulsó a Minkowsky y von Mering a analizar la composición de la misma.

 

Los resultados arrojaron que la orina presentaba una concentración elevada en glucosa (glicosuria), mientras que el estudio de su sangre reveló, de igual manera, altos niveles del azúcar (hiperglucemia). Al extirparle el páncreas, habían provocado en el perro el padecimiento y habían dado con la respuesta: el páncreas era la glándula que, a partir de una secreción, controlaba la concentración de glucosa en la sangre.

 

El descubrimiento permitió, en 1921, aislar del páncreas de perros la hormona insulina para comprobar que, al ser inyectada a perros diabéticos, éstos recuperaban sus niveles normales de glucosa. Posteriormente fueron realizados experimentos en humanos con extractos purificados de páncreas de vaca, para finalmente emplear la insulina en la clínica en 1922.

 

Su venta al público inició el 15 de abril de 1923, por parte de la farmacéutica Eli Lilly, bajo el nombre de Iletín, con lo que inició el suministro subcutáneo masivo de insulina como tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1.

Responsable de la regulación de los niveles de glucosa en la sangre, al almacenarla en las células para su aprovechamiento energético, la insulina es una hormona empleada en el tratamiento de la diabetes. Hoy en día, su administración ha sido popularizada mejorando la calidad de vida de los pacientes diabéticos, sin embargo, antes de 1923 la única indicación para su tratamiento era la ingesta de una dieta baja en azúcares.

 

Conocida en antaño como la «enfermedad dulce», la diabetes era diagnosticada por el sabor dulce de la orina de quienes la padecían, mas era ignorada la causa que la provocaba. Fue hasta 1899 que fue hallada por serendipia la solución, cuando en los laboratorios de la Université de Strasbourg, Francia, el fisiólogo lituano, Oskar Minkowsky, y el médico alemán, Joseph Frieprich Freiherr von Mering, extirparon el páncreas a un perro para evaluar si dicho órgano era indispensable para la vida y si jugaba algún papel en la digestión.

 

Tras la cirugía, el cuidador del perro observó que éste orinaba por sobre lo habitual (poliuria), manifestaba una sed insaciable y presentaba un incremento excesivo en el apetito (hiperfagia), todos ellos síntomas de la diabetes. Además, la orina era peculiarmente merodeada por una nube de moscas, lo que impulsó a Minkowsky y von Mering a analizar la composición de la misma.

 

Los resultados arrojaron que la orina presentaba una concentración elevada en glucosa (glicosuria), mientras que el estudio de su sangre reveló, de igual manera, altos niveles del azúcar (hiperglucemia). Al extirparle el páncreas, habían provocado en el perro el padecimiento y habían dado con la respuesta: el páncreas era la glándula que, a partir de una secreción, controlaba la concentración de glucosa en la sangre.

 

El descubrimiento permitió, en 1921, aislar del páncreas de perros la hormona insulina para comprobar que, al ser inyectada a perros diabéticos, éstos recuperaban sus niveles normales de glucosa. Posteriormente fueron realizados experimentos en humanos con extractos purificados de páncreas de vaca, para finalmente emplear la insulina en la clínica en 1922.

 

Su venta al público inició el 15 de abril de 1923, por parte de la farmacéutica Eli Lilly, bajo el nombre de Iletín, con lo que inició el suministro subcutáneo masivo de insulina como tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1.

¡Serendipia! Cisplatino

Empleado actualmente en quimioterapia para el tratamiento de diversos tipos de cáncer, el cisplatino es un fármaco perteneciente al llamado grupo de agentes alquilantes, es decir, al grupo de compuestos capaces de afectar al ácido desoxirribonucleico (ADN) de las células cancerígenas. Algunos de los tipos de cáncer para los que es suministrado son: sarcomas, ciertos carcinomas, linfomas y tumores de células germinales, en los cuales reacciona uniéndose al ADN celular para promover la muerte programada de la célula cancerígena (apoptosis).

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