La cirugía de extracción de cataratas con implante de lente intraocular, actualmente, es el procedimiento ocular quirúrgico más realizado en los países desarrollados, que tiene como propósito revertir la pérdida de la visión ocasionada por la disminución en la transparencia del cristalino. Anterior a dicha técnica, desarrollada en 1949, la patología oftálmica derivaba en la ceguera de quienes la padecían.
El descubrimiento atribuido al oftalmólogo inglés, Nicholas Harold Lloyd Ridley, tuvo un origen inesperado. En el ejercicio de sus funciones como cirujano oftalmólogo durante la Segunda Guerra Mundial, atendió los ojos lesionados con fragmentos de plástico del piloto de la Real Fuerza Aérea, Gordon Cleaver. Al dar seguimiento al caso, observó que los ojos del piloto no habían presentando reacción adversa alguna al material plástico, lo que le llevó a formular una alternativa para reemplazar el cristalino opaco en los pacientes con cataratas.
Ridley materializó su idea, luego de años de investigación, cuando en 1949 reemplazó el cristalino de un paciente, durante una cirugía de cataratas en el St. Thomas’ Hospital de Londres; no obstante, la primera lente intraocular permanente fue colocada en un ojo hasta el año siguiente.
Brighton & Hove fue la empresa encargada de fabricar el material plástico de las lentes artificiales, cuyo implante causó controversia entre la comunidad médica de la época. El perfeccionamiento de la técnica popularizó su uso en la década de los 60, aunque, fue hasta 1981 que la Food and Drug Administration (FDA) declaró como seguro y efectivo su empleo.