Píldoras Médicas

07.09.2019

¿Por qué es importante medir la presión arterial?, ¿son útiles los relojes tensiómetro?  

Dr. Carlos M. Arróyave Hernández

Fotografía: Jorge Alcántara 2019

La hipertensión arterial es un padecimiento más común de lo que uno piensa y muchas personas la padecen sin saberlo hasta que en una consulta médica, por otra causa y durante la toma de signos vitales, se descubre que la presión arterial está elevada. Esto se debe a que en la mayoría de los casos cursa como una enfermedad asintomática silenciosa.

 

Estudios de campo han mostrado que se presenta en una de cada tres personas mayores y de éstas, aproximadamente, 80 % lo desconoce. La prevalencia de la hipertensión arterial es de 25 %; de los pacientes con hipertensión, 40 % desconocen que la tienen; y 80 % de los que reciben tratamiento a base de medicamentos, únicamente, 46 % están bien controlados. Éste es un padecimiento que también se presenta en niños siendo la prevalencia en ellos de 5 %.

 

Considerando esta información, debería de haber en cada familia un aparato para medir la presión arterial. Cuando un individuo presenta síntomas como náusea o vómito, cambio de la agudeza visual, dolor de cabeza y sangrado nasal frecuente -no asociado con problemas de rinitis- es fácil pensar que tiene hipertensión arterial.

 

Si uno está tomando medicamentos para controlar la hipertensión arterial, podemos tener síntomas de baja presión arterial como mareos al ponerse de pie, visión borrosa, sudoración con palidez de la piel sin causa aparente, náusea, mareos o desmayo. Estos síntomas pueden asociarse con alguna otra patología pero si tenemos un aparato para medir la presión arterial, podremos -sin necesidad de un médico- hacer el diagnóstico de hipotensión; situación que puede de suma importancia y atención inmediata.

 

Como factores causantes importantes de hipertensión arterial tenemos al sobrepeso u obesidad, historia clínica de familia con hipertensión arterial, consumo de tabaco, alcohol y ciertas afecciones crónicas como la diabetes y apnea del sueño. Con la edad, la pérdida de la elasticidad de las arterias ocasiona elevación de la presión arterial considerándose esto normal.

 

Toda esta información ha servido para que, dentro de la industria relacionada con la medicina, se desarrollen aparatos que permitan a una persona poder medir su presión arterial sin la necesidad de ir a una consulta médica y, de esta manera, prevenir el diagnóstico tardío de variaciones patológicas de la presión arterial y evitar complicaciones que hagan más difícil su control.

 

Para medir la presión arterial encontramos al esfigmomanómetro de mercurio, que es un es aparato manual que se usa poco debido a que cuenta un tubo de mercurio, el cual es considerado un material muy tóxico. Estos aparatos se ven ocasionalmente en centros de atención médica. Además para realizar la medición se necesita un estetoscopio, que permite identificar los ruidos cardiacos asociados con la presión arterial.

 

La tecnología ha permitido el desarrollo de otro tipo de esfigmomanómetros o tensiómetros. Ejemplo de ellos son los aneroides o análogos, cuyo manguito -que es la bolsa donde entra el aire y aprieta nuestro brazo o muñeca- se conecta a un sistema de poleas y resortes, y éstos a una aguja que marca la presión máxima (diástole) y mínima (sístole) con el auxilio de un estetoscopio, que ayuda a escuchar los sonidos que se producen las contracciones de nuestro corazón. Después de los aparatos de mercurio, éstos son los siguientes en precisión, pero su uso requiere entrenamiento para identificar los sonidos del corazón al nivel de las arterias. Los manguitos existen de diferente tamaño de acuerdo con el diámetro del brazo, existiendo tanto para brazos grandes como para pequeños, así como para niños de diferente edad, ya que no es lo mismo el grosor de un brazo de un lactante que el de un escolar.

 

Los tensiómetros digitales no tienen mayor dificultad en su uso pero no cuentan la precisión del esfigmomanómetro de mercurio. Son fáciles de usar, pues lo que hay que hacer es poner el manguito alrededor del brazo o muñeca, apretar un botón y esperar la aparición de la lectura.

 

Los tensiómetros diseñados como parte de un reloj de pulsera, se basan en el uso de sensores que proporcionan estimaciones de la presión arterial, nunca lecturas reales. En lo personal, he investigado seis diferentes marcas de estos tensiómetros incorporados en un reloj de pulsera y cuando la persona no es hipertensa, las lecturas pueden considerarse aceptables dentro de un rango de fluctuación de 20 a 30 unidades. Cuando se trata de presión arterial elevada, muy pocas veces las lecturas son aceptables. Omron es una compañía que ha desarrollado un reloj de pulsera con un brazalete inflable incorporado para medir la presión oscilométrica tradicional. Su tecnología y diseño son adecuados y sus lecturas aceptables, aun en casos de hipertensión, pero el problema es su alto costo.

 

En relación con la toma de la presión arterial, es recomendable que uno esté en total reposo, cuanto menos unos minutos; no haber ingerido recientemente café, alcohol y comida abundante; ni haber hecho actividad física de mucho esfuerzo. Hay que hacerlo estando sentados y con las piernas descruzadas. El brazo en el que se tomará la presión debe de estar apoyado sobe una superficie plana y el manguito a la altura del corazón. La medición debe de hacerse de dos a tres veces y considerar la media de los valores como la adecuada. No debe de haber una variación entre toma y toma de más de 10 unidades.

 

¿En qué unidades se reporta la presión arterial? Los profesionales médicos o el sector salud saben que son milímetros de mercurio. Cuando se reporta la medida a una persona o paciente, se le dan las cifras que corresponden a la máxima y la mínima sin unidades y, generalmente, con un guion entre cruzado como 120/80. La presión arterial normal es de 120, la sistólica, y 80, la diastólica (120/80). Cuando las cifras van de 120 a 135 o de 80 a 89, se considera que la persona es prehipertensa. La presión de 140 a 159 o 90 a 99 se cataloga como hipertensión grado 1 y cuando la sistólica es de más 160 o la diastólica más de 100, es hipertensión grado 2.

 

Los tensiómetros digitales son fáciles de usar, permiten llevar un control de la presión varias veces al día tanto en la casa como en el trabajo, lo cual es útil ya que si se siente mal la persona, puede en pocos minutos descartar la presencia de hipotensión o hipertensión arterial, y recibir el tratamiento adecuado.

 

Si tenemos que considerar un tensiómetro, el más fiable es el que se aplica en el brazo, en comparación con los de la muñeca o el de reloj. Cualquiera que tengamos en casa, deberá de ser comparado con el que usa nuestro médico en forma periódica.

 

Los tensiómetros de reloj ofrecen varias ventajas: pueden conectarse con algunos de los teléfonos celulares, son de poco peso, resisten al agua, miden varios parámetros y se pueden tomar lecturas con frecuencia. Como desventajas tenemos: el tamaño de la pantalla, el tamaño único de la correa, su precio y, por último, el hecho observado en varios estudios, de que no son los más fiables presentando variaciones hasta de 30 unidades por debajo de lo esperado, al compararlos con los otros sistemas.

 

La medición de la presión arterial es más certero cuando el aparato de medición esta más cerca de las arterias del corazón, como es el brazo. Cuando uno se aleja de esta área anatómica, las arterias van disminuyendo de calibre dando por resultado una medición más elevada. El hallazgo de una presión arterial elevada o por debajo de las cifras consideradas como normales debe de ser corroborado por un médico o personal especializado.

 

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