ECOFEMINISMOS
15.11.2024
Dra. Ana Gabriela Castañeda Miranda
Los contaminantes del aire, especialmente los polvos atmosféricos, son una preocupación mundial, ya que son nocivos para la salud al causar enfermedades graves. Los metales pesados están entre los principales componentes tóxicos de los polvos atmosféricos.
En Latinoamérica, la contaminación atmosférica emitida por fuentes móviles es una de las principales, ya que contienen metales pesados como el plomo (Pb), cadmio (Cd), cobre (Cu), arsénico (As), níquel (Ni), zinc (Zn) y cromo (Cr).
En los últimos años, la información sobre los efectos que ocasionan al ambiente y a la salud pública las emisiones de partículas suspendidas totales (PST) y material particulado (PM) a la atmosfera se han concentrado, principalmente, en la zona centro de las grandes ciudades y/o áreas conurbadas con intensa actividad de procesos industriales y elevado flujo vehicular de automotores; sin embargo, este material particulado también está presente en los parques urbanos.
Importante recurso de ocio y servicios en las ciudades, los parques urbanos exponen a las personas vulnerables a los contaminantes del aire derivados del tráfico. Los parques se encuentran comúnmente junto a las calles principales de las zonas urbanas para garantizar un fácil acceso y atender a más habitantes. Las transitadas carreteras que rodean estos parques urbanos en las ciudades aumentan la posible exposición de los usuarios a contaminantes del aire provenientes de vehículos, material particulado que se ha relacionado ampliamente con un mayor riesgo de efectos adversos para la salud.
Las ciudades, a menudo, enfrentan el fenómeno de la «isla de calor urbana», en el que las áreas urbanas se vuelven significativamente más cálidas que las zonas rurales, debido a la alta concentración de edificios, carreteras y otras infraestructuras. Los parques, con su vegetación y árboles, ayudan a reducir este efecto al enfriar el aire y aumentar la humedad local, lo que puede hacer que las áreas urbanas sean más soportables durante el calor extremo.
Por lo regular, es más frecuente que en tiempo de calor, un parque urbano sea el lugar elegido para realizar actividades en beneficio de la salud, recreativas y de ejercicio. Es frecuentemente visitado por la población local, ya que los residentes esperan una mejor calidad del aire en su interior, sin embargo, esto no siempre es así y no todas las zonas del parque tienen la misma calidad de aire, esto depende de varios factores como la cantidad y tipo de vegetación, las fuentes de contaminación cercanas, la dirección del viento, el clima…
Los árboles en los parques urbanos mitigan el efecto perjudicial de la contaminación atmosférica, a través de distintos mecanismos como la interceptación directa de partículas contaminantes sobre las hojas mejorando la calidad del aire. Se cree comúnmente que la vegetación es un filtro natural de contaminantes y de reducción de las PM ambientales; sin embargo, la capacidad de los árboles para capturar polvos atmosféricos puede variar dependiendo de su tipo y especie.
Existen numerosos trabajos que muestran cómo la vegetación es una barrera que puede mejorar la calidad del aire donde se encuentra, alterando la dispersión y capturando contaminantes del aire. Este efecto positivo, que reduce la cantidad de polvos atmosféricos, se considera también un efecto de purificación del aire.
Los gobiernos y las autoridades locales pueden tomar varias medidas para mejorar la calidad del aire en los parques urbanos:
Los parques urbanos no sólo son esenciales para la salud individual, también fortalecen la resiliencia de las ciudades frente a los impactos del cambio climático como inundaciones, olas de calor y otros desastres naturales. Los parques ayudan a regular el ciclo del agua, actúan como sumideros de carbono y proporcionan una infraestructura verde crucial para la adaptación al cambio climático.
Si bien algunos parques pueden estar expuestos a la contaminación, el aumento de áreas verdes y la gestión adecuada de estos espacios pueden ser clave para mejorar la calidad del aire y, a su vez, el bienestar de los habitantes urbanos.
El cuidado y la preservación de los parques urbanos es fundamental para crear comunidades más saludables y sostenibles. No solo ofrecen beneficios ambientales, también son cruciales para la salud física, mental y emocional de los habitantes urbanos. Invertir en la mejora y el mantenimiento de los parques urbanos es invertir en una sociedad más saludable y feliz. Al promover el cuidado de estos espacios, no sólo se mejora la calidad de vida, también se fomenta el bienestar general y se construye un futuro más verde y saludable para todos.