29 de agosto de 2025
Mextli Moreno
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global, nueve de cada diez personas respiran aire con altos niveles de contaminación, quienes viven en 98 % de las ciudades que no cumplen con las directrices en materia de calidad del aire. En México, por su parte y según datos de la Secretaría del Medioambiente de la Ciudad de México, la contaminación del aire causa más de 48 mil muertes prematuras al año, en tanto que 90% de la población vive en zonas que no cuentan con guías de calidad del aire.
El contexto local no dista del mencionado, así el Resultado Anual 2024 de la Gestión Ambiental, publicado por la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Querétaro, reportó un deterioro de la calidad del aire durante 2024. Con base el documento, en 18 % de los días del año, la calidad del aire se situó en niveles considerados como malos y en 1.2 % dentro de la categoría de muy malos. Los meses con mayor número de días con mala calidad del aire fueron de enero a marzo, siendo el primer bimestre de 2024 el que presentó las concentraciones más altas de partículas PM10 y PM2.5.
Frente a esta situación, el Dr. Alejandro Rodríguez Trejo, investigador posdoctoral del Instituto de Geociencias (Igeo) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y sus colaboradores desarrollaron una red de monitoreo geoambiental con la finalidad de medir parámetros como material particulado, temperatura ambiental, presión atmosférica, humedad, deformación del campo magnético terrestre y ruido ambiental en decibeles.
El propósito principal de la red -formada por estaciones de monitoreo geoambiental (EMGA) en tiempo real, con sensores de bajo costo para entornos urbanos- es conocer la variabilidad de la contaminación atmosférica por materiales suspendidos en el aire y evaluar el impacto de la actividad humana sobre el medioambiente, en el espacio y el tiempo.
Hasta ahora han sido instalados más de 20 sensores en la ciudad de Querétaro, cuyos datos son almacenados y procesados en una plataforma (EMGA) que permite observar las variaciones de valores en el tiempo y en el espacio. La interfaz presenta un mapa que muestra la ubicación de cada una de las estaciones, sus valores en tiempo real y los de días anteriores.
De acuerdo con el Dr. Rodríguez Trejo, el proyecto busca cuantificar el impacto de la actividad humana sobre la calidad del aire para, posteriormente, diferenciar los parámetros habituales y anormales. «Necesitamos cuantificar el impacto humano; tenemos un año de datos, pero necesitamos más».
Si bien las estaciones miden seis parámetros, los datos de material particulado destacan por su implicación medioambiental. Éstos son generados a través de un sensor en cada EMGA y permiten su comparación con los límites permitidos por la Norma Oficial Mexicana, que los establece para PM 2.5 cerca de 25 mg/m3.
«Toda medición por debajo de ese límite es considerada normal, pero cuando está por encima, es porque alguna condición ambiental, climática o humana lo está provocando. Ahí es donde nosotros tenemos que discernir a qué corresponden esos incrementos».
Si bien la red no fue diseñada específicamente para medir el impacto ambiental de la pirotecnia, sino de contaminantes atmosféricos urbanos, a finales del 2023 fue realizado el monitoreo de la pirotécnica, evidenciando un incremento de las partículas suspendidas en la atmósfera durante las fiestas de Navidad y de Año Nuevo, particularmente de PM 2.5.
A partir del incremento de partículas suspendidas en el ambiente, durante diciembre de 2023, el investigador explica que fue posible establecer su origen en la quema de pirotecnia y llantas, el uso de chimeneas y otras actividades humanas.
Específicamente, en la colonia Santa María Magdalena fue registrada una actividad constante de quema de pirotecnia, coherente con el reporte de uno de los picos más altos de material particulado. La zona habitacional de Juriquilla, por su parte, también mostró picos altos de quema de basura y de leña para chimeneas.
En este sentido, el Dr. Rodríguez Trejo expresó que su principal preocupación es la afectación a la salud humana mediante enfermedades respiratorias, contraídas -sobre todo- por niños y personas mayores.
Actualmente, la red de monitoreo no está terminada y continúa en proceso de crecimiento, ya que falta la instalación de otras tantas estaciones adicionales. Para enriquecer la base de datos, el investigador concluye que «será fundamental expandir la red con más sensores, para realizar un mapeo más preciso de las variaciones espaciales de la contaminación medioambiental en Querétaro».