19 de junio de 2025
Mextli Moreno
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente y la causa más común de muerte en mujeres a nivel mundial. Sólo en el 2022, América Latina y el Caribe registraron más de 220 mil nuevos diagnósticos y un aproximado de 60 mil muertes.
A nivel nacional, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con base en las Estadísticas de Defunciones Registradas, reportó 99 mil 869 defunciones a causa de cáncer en 2023, de las cuales 91 mil 562 fueron ocasionadas por tumores malignos, con una tasa de mortalidad de hasta 70.8 muertes por cada 100 mil habitantes.
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo por el sector salud en cuanto a la detección oportuna del cáncer de mama, no es suficiente el número de equipos diagnósticos con que se cuenta en el país. Así lo señaló el Dr. Ángel Luis Rodríguez Morales, investigador del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con la finalidad de contar con una técnica de detección complementaria de cáncer en sus etapas iniciales, desarrolló -junto con su equipo- un software a través de un modelo de impedancia e infrarrojo, que constituye mejor referencia para las personas con cáncer.
«Esta investigación obedece al desarrollo de nuevas técnicas, de bajo costo, que permitan a los médicos de primer contacto hacer una identificación. Nosotros estamos desarrollando tecnología que puede utilizar e interpretar un médico de primer contacto. Esto también obedece a la idea de que estos equipos sean simples y fáciles de transportar para llevarlos a comunidades que no tienen acceso a un mastógrafo».
Si bien la identificación del cáncer es una cuestión de tiempo, esta innovación permite la identificación de rasgos que, posteriormente, tendrían que ser confirmados por un médico, «pero sin empezar desde cero».
La aportación principal de la investigación es el desarrollo de un modelo matemático descriptivo de la impedancia de cada persona para el tejido mamario, con el cual es posible identificar la presencia o la ausencia de tejido canceroso.
El experto en caracterización de efectos termográficos en sistemas biológicos, explicó que la impedancia es la resistencia al paso de la corriente alterna, que es distinta en los tejidos en donde hay una lesión cancerosa.
Para realizar el modelo, en un primer momento, fue tomada una muestra de impedancia de una pierna a la que se colocaron un par de electrodos y se aplicó una ligera corriente eléctrica; para, posteriormente, hacer un barrido de frecuencia e identificar las curvas características del tejido.
A través de un diagrama de Bode -representación gráfica de la respuesta en frecuencia de un sistema- es posible aproximarse a un modelo en el «ámbito de Laplace», que sea representativo; por ello, es que se hace una combinación de tejido muscular y adiposo para obtener un valor de referencia.
En referencia a lo anterior, el Dr. Rodríguez Morales afirmó que su equipo «puede determinar, más o menos, cuál es el valor característico de impedancia para el tejido mamario y si hay una discrepancia entre ambas mamas. En consecuencia, nos está dando una señal significativa de una probable lesión».
Llegar a este punto requiere del empleo de un equipo de medición de impedancia y, una red neural con parámetros y modelos de referencia de lo que se considera a una persona sana. Además, es necesario capturar imágenes, por lo que es utilizada una cámara termográfica y un medidor de impedancia, adaptado por el CFATA.
Para la detección de cáncer de mama, el equipo liderado por el investigador está implementando el análisis infrarrojo mamario, con el cual se pueden identificar alteraciones o lesiones, a través del calor que emite el cuerpo.
En palabras del Dr. Rodríguez Morales, «para su desarrollo fue considerado que las tumoraciones requieren de nutrientes, por lo que liberan factores angiogénicos; entonces, cuando hay una nueva producción de vasos sanguíneos, también hay un incremento en la temperatura local».
Para implementar el análisis, son necesarios una cámara termográfica con resolución de 0.1 °C y una imagen de 640 x 480 pixeles; al tiempo, que una computadora alimentada con una red neural, desarrollada con datos de numerosas personas voluntarias que apoyaron el diseño y el desarrollo de la investigación.
Con esta técnica, se pueden observar lo que se denomina como «manchas térmicas», que tienen formas características como especuladas o hipervascularizadas y donde hay un incremento de temperatura superior a un parámetro que está definido por el tipo somático del paciente por su situación hormonal, entre otras cosas como la edad.