Julieta Espinosa
El trabajo de los actores de la investigación científica y el desarrollo tecnológico demanda la colaboración mutua entre colegas de diversas instituciones afines o no al área de conocimiento a la que pertenecen, sea que estén ubicadas dentro o fuera del territorio nacional. Trabajar con una u otras personas en la realización de un proyecto es la base de la investigación actual, las tecnologías de la comunicación lo permiten y las preguntas que la ciencia propone, lo exigen.
En atención a dicha necesidad, en México el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) cuenta con la Dirección de Redes Temáticas de Investigación, cuyo objetivo es «apoyar, promover,
articular y consolidar esfuerzos en el desarrollo de la ciencia a través de dos programas: Laboratorios Nacionales y Redes Temáticas de Investigación, con el fin de dotar de infraestructura,
contribuir a la formación de recursos humanos y al desarrollo de capacidades técnicas a las instituciones en áreas estratégicas para el desarrollo del país».
Al momento, el país cuenta con 37 Redes Temáticas Conacyt, definidas por el organismo como aquella «asociación voluntaria de investigadores o personas con un interés común y, la disposición para
colaborar y aportar sus conocimiento y habilidades para impulsar sinérgicamente el tema de su interés. Por temática se entiende a las diferentes problemáticas que pueden ser atendidas por las redes
de manera disciplinaria, multi, inter o transdisciplinaria».
Biólogo, doctorado en Botánica, el Dr. Luis Gerardo Hernández Sandoval es el actual director de Redes Temáticas de Investigación del Conacyt. Un investigador ligado a Querétaro por su adscripción de
más de 20 años a la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro, en donde ejerció el cargo de Director de Investigación y Posgrado de 2006 a 2012.
En esta edición, el Dr. Hernández Sandoval habla con Serendipia sobre el reto que supone a los investigadores mexicanos el trabajar en colaboración, así como sobre los avances que en los últimos años
han sido alcanzados en la materia.
El éxito de la voluntariedad
En 2012, cuando asumí la responsabilidad y comencé a ver la forma en la que operaban las redes, encontré que eran muy estrictas, muy rígidas, incluso en la obtención de la membresía y su estructura. No es del agrado de los investigadores el que les pidan por decreto que colaboren; ante ello, hicimos la propuesta de que la colaboración -integración de las redes- fuera voluntaria partiendo de la experiencia de redes de investigación ya existentes que, aún sin el apoyo del Conacyt, venían trabajando muy bien, consiguiendo recursos y desarrollando proyectos desde años atrás.
La idea del Conacyt, a partir del Programa de Redes Temáticas de Investigación es promover y, fortalecer la construcción y desarrollo de redes científicas nacionales en temas estratégicos que
respondan a problemas (científicos, tecnológicos y sociales) y procuren la vinculación entre la academia, el gobierno y la sociedad; así como alcanzar soluciones articuladas con enfoque
multidisciplinario y multiinstitucional, y estructuradas de manera que contribuyan al desarrollo nacional y al bienestar de la población.
La promoción y el fomento de la colaboración entre investigadores es la parte medular del Programa, y es que si bien hay apoyos económicos para el desarrollo de las redes, éstos son finitos e
insuficientes.
El incremento de la colaboración
La colaboración se ha incrementado, muestra de ello son los resultados de la convocatoria 2015, que reportan el registro de 37 Redes Temáticas Conacyt: Física médica; Tecnologías cuánticas;
Patrimonio biocultural; Código de barras de la vida; Neurobiopsicología básica y aplicada; Aeronáutica; Salud ambiental infantil; Promoción de la conducta saludable mediante la implicación de calidad
en el deporte; Biología, manejo y conservación de la fauna nativa en ambientes antropizados; Aprovechamiento integral sustentable y biotecnología de los agaves; Sistemas eléctricos de potencia y
redes inteligentes; Estudios transdisciplinarios del cuerpo y las corporalidades; Matemáticas y desarrollo; Nanociencias y nanotecnología; Binacional en salud fronteriza; Intemperismo de materiales
plásticos; Organocatálisis asimétrica; Ciencia y tecnología del espacio; Inmunopatogénesis e inmunoterapia del cáncer y enfermedades infecciosas; Género, sociedad y medio ambiente; Accidentes viales;
Desarrollo tecnológico para la prevención y el tratamiento de la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares; Fisicoquímica teórica; Glicociencia en salud; Toxicología de plaguicidas;
Industria automotriz en México; Tecnologías digitales para la difusión del patrimonio cultural material e inmaterial; Ingeniería de superficies y tribología; Paz, interculturalidad y democracia;
Materia condensada blanda; Florecimientos algales nocivos; Hidrógeno; Envejecimiento, salud y desarrollo social; Usuarios de luz sincrotrón; Desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y
climáticos; y Supercómputo.
Este crecimiento ha sido posible por varias razones. Una es la difusión, y es que a pesar de que el Conacyt trabaja con redes desde 2006, la difusión de éstas era escasa y los investigadores
desconocían la iniciativa. Lo que hemos hecho en consecuencia es dar a conocer este trabajo, sobre todo, a nivel interno en las instituciones. La idea es que, primero, todos los investigadores sepan
que existe el Programa y, después, la sociedad. La intención es que: la colaboración, primero, pueda optimizar recursos; segundo, pueda potencializar esfuerzos y, tercero, pueda llevar el
conocimiento a la sociedad.
Para la Dirección de Redes Temáticas es importante que el conocimiento llegue al sector productivo pero lo es más el que llegue e impacte a la sociedad. Así es que las convocatorias para la
integración o continuación de redes solicitan el establecimiento de un vínculo estrecho con la sociedad, sea a partir de contar con una página en Internet hasta impartir talleres de capacitación.
Los frutos de la colaboración
Casos de éxito hay muchos. A manera de ejemplo, el año pasado, las Redes Temáticas y Laboratorios Nacionales relacionados con la salud, en coordinación con la Secretaría de Salud, desarrollaron
una estrategia de prevención ante el riesgo de la posible entrada del virus del Ébola al país. De igual manera que la red de Desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos y climáticos hizo lo
propio, ante el derrame de 40 000 m3 de sulfato de cobre acidulado en el arroyo Tinajas en Cananea, Sonora.
Hay problemáticas sobre las que las redes pueden trabajar directamente y otras que exigen el desarrollo de productos que informen e impacten a la sociedad. Tal es el caso de la solicitud generada por
el Conacyt para que la red correspondiente elabore un catálogo de acciones para atender derrames de químicos tóxicos en el país, que pueda ser empleado como instrumento de auxilio por las autoridades
de protección civil.
Estudiantes y empresarios en red
El caso de la industria es interesante. Las primeras convocatorias del Programa de Redes Temáticas de Investigación contemplaban la inclusión de empresarios, no obstante, el proceso de registro y
valoración desalentaba su participación; entre otros requisitos, tenían que elaborar su curriculum vitae único, solicitado a los científicos para ingresar al Sistema Nacional de Investigadores, lo
cual les resultaba tardado y complicado.
Ante ello, flexibilizamos el sistema de registro y generamos tres tipos de membresía. El núcleo son los investigadores -son redes de investigación- pero abrimos espacios para miembros de la sociedad
civil (empresarios, actores externos) y para estudiantes. Esta última membresía con el objetivo de generar espacios de involucramiento para estudiantes y, sobre todo, de vivencia de las bondades de
trabajar en colaboración.
Este nuevo esquema ya ha arrojado resultados. Una de las redes que ha trabajado duro en este sentido es la de Patrimonio biocultural, que congrega a miembros del sector rural de diferentes etnias del
país y que justo en abril presentó su primer libro, Etnomicología, el cual reúne el conocimiento del uso tradicional de los hongos. Dicha red destaca por el papel que desempeña como gestor de
inclusión y de recursos en los programas de la Secretaría de Economía dirigidos a pequeñas empresas, mediante el impulso de un cambio en la normatividad que considere a las empresas rurales del
país.
Querétaro y las Redes Temáticas
De acuerdo con los resultados de la última convocatoria son seis Redes Temáticas de Investigación, cuyo responsable pertenece a alguna institución establecida en el estado de Querétaro:
Aeronáutica (Cinvestav); Biología, manejo y conservación de la fauna nativa en ambientes antropizados (UAQ); Nanociencias y nanotecnología (Cinvestav); Ciencia y tecnología del espacio (UNAM);
Accidentes viales (IMT) y; Desarrollo tecnológico para la prevención y el tratamiento de la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares (UAQ).
Administrativamente, Conacyt maneja este indicador, no obstante, los que realmente nos interesan son aquellos que nos dicen qué instituciones están colaborando y a cuáles están llegando los recursos.
Hemos iniciado un análisis matemático de las redes que, en un par de meses, nos permitirá saber cómo están las asociaciones, a dónde está dirigiéndose el dinero, qué instituciones son las más
participativas.
El estudio prioriza la detección de las instituciones y entidades federativas en las que haya un solo investigador participando en alguna red. Esto es importante porque queremos que permee la
experiencia de las instituciones grandes a las chicas, y que logremos un cambio en la carrera científica de los investigadores que están aislados, sea mediante el apoyo a su trabajo o a partir de su
asociación a programas de posgrado. Si están solos en una universidad, difícilmente van a titular a alguien en posgrado y esto conlleva una reacción en cadena que los priva de alcanzar, por ejemplo,
el nivel III como investigadores nacionales.
Colaboración, una perspectiva personal
Como investigador, yo coordiné la Red Pata de Elefante de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; no pertenecía al Conacyt pero trabajamos en colaboración
varios investigadores. De ahí que conozca las virtudes y dificultades de trabajar en red.
En esta nueva experiencia, en la administración nacional, he aprendido mucho de los investigadores que participan en las redes. Mi percepción es que es de suma importancia la colaboración pero que
nos es muy difícil a los investigadores dejar a un lado la sensación de lo propio, a final de cuentas, la investigación científica es una actividad intelectual.
La idea es, entonces, compartir, hacer sinergia y confiar en que nadie se apropiará de tus ideas o de tu reconocimiento. Este asunto es preciso hablarlo en cada red con claridad, pues el celo
profesional se vuelve irracional con facilidad. Las redes Temáticas de Investigación posibilitan la colaboración sin pérdida de identidad.