Dr. Luca Ferrari
Como promesa en la última entrega, empezamos aquí a analizar el potencial de las energías renovables para sustituir los combustibles fósiles en la matriz energética mundial y nacional. Empezaremos con la geotermia, no porque sea la principal fuente renovable sino por la expectativa que se ha creado hacia esta forma de energía en México. Como es sabido, la energía geotérmica se obtiene mediante la extracción y aprovechamiento del calor del interior de la Tierra que, en zonas de volcanismo reciente y activo, llega a producir temperaturas anormalmente altas cerca de la superficie. Su aprovechamiento tiene más de un siglo, ya que las primeras centrales geotérmicas se construyeron en Larderello, Italia, en 1904.
La geotermia es un recurso relativamente sencillo de explotar por medio de turbinas alimentada por vapor y conectadas a un generador eléctrico. Sin embargo, sólo en lugares específicos del planeta ha podido ser explotado. De hecho, sólo unos cuantos países producen electricidad por este medio siendo los principales E.E.U.U., Filipinas, Indonesia, Italia, Nueva Zelanda, México (estos últimos tres, casi con la misma potencia instalada), Islandia, Japón, Kenya y Turquía.
La principal ventaja de la geotermia es que puede proporcionar electricidad de manera constante, a diferencia de la energía solar, eólica o mareomotriz, que tienen fluctuaciones que disminuyen su factor de carga. Además, tiene un impacto ambiental y visual modesto, bajas emisiones de gases de efecto invernadero y no requiere almacenamiento de residuos.
Su principal desventaja es que sólo está disponible en ciertos lugares del planeta que, además, -en algunos casos- están muy alejados de las líneas de transmisión eléctrica, por lo que no es económico su aprovechamiento. Además, aunque la fuente de calor tiene una duración de muchos miles de años, el sistema de aprovechamiento tiende a disminuir su producción en el tiempo necesitando la perforación de nuevos pozos y/o el incremento artificial de la permeabilidad de las rocas reservorio. Debido a estas limitantes, a pesar de ser un recurso energético que se ha empezado a explotar desde hace un siglo y de manera importante desde la década de los 80, actualmente la geotermia sólo proporciona 0,5 % de la energía eléctrica que se consume en el mundo. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, en las mejores condiciones, se prevé que pueda proporcionar 3,5 % de la electricidad en 2050.
En México, la geotermia se ha empezado a desarrollar desde finales de los años 70 y los principales campos han sido puestos en producción en los 80. Entre ellos destaca el campo gigante y geológicamente único de Cerro Prieto, que podemos definir como el «Cantarell» de la geotermia, ya que por sí solo proporciona más de 50 % de la energía geotérmica que produce el país. La geotermia proporciona actualmente sólo 2,5% de la energía eléctrica de México y la capacidad instalada, que se ha incrementado muy poco en las últimas dos décadas, ya es menor que la de las plantas eólicas.
En tiempos recientes, ha habido un renovado interés para la energía geotérmica, sobre todo a raíz de la creación del fondo de sustentabilidad energética de SENER-CONACYT. Una de las principales acciones ha sido la creación, en 2013, del Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (CeMIE-Geo); un consorcio que incluye varias universidades e institutos de investigación, así como empresas públicas y privadas con un financiamiento inicial de ca. 950 millones de pesos. El objetivo de este mega-proyecto es el de promover la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación en el campo de la energía geotérmica.
La creación de este consorcio ha creado grandes expectativas sobre el crecimiento de la geotermia en nuestro país, aunque por el momento no hay resultados concretos. En la prensa se ha manejado que México tiene un potencial estimado de producción geotérmica de 13 400 MW contra una capacidad actual de ca. 950 MW. Sin embargo, los estudios más detallados indican valores inferiores. Un estudio de la Comisión Federal de Electricidad de 2011,(1) indica que el potencial de crecimiento en campos existentes sólo podría agregar 186 MW, mientras que se estiman reservas probables de alta entalpía (las que producen electricidad) por unos 1643 MW y posibles por otros 5691 MW. Otro estudio comisionado por el Banco Interamericano de Desarrollo y la Comisión Reguladora de Energía(2) parte de una evaluación detallada de 20 nuevos prospectos geotérmicos y estima un crecimiento potencial de unos 700 MW a 750 MW adicionales a la capacidad actual. En conclusión, podemos decir que la geotermia es un buen recurso renovable pero que es muy poco probable que pueda llegar a proporcionar más de 10 % de la electricidad que consuma México.
1: http://132.248.9.34/hevila/Geotermia/2011/vol24/no1/5.pdf
2: http://www.cre.gob.mx/documento/2026.pdf