Dr. Enrique González Sosa
Teóricamente, hace cinco billones de años la atmósfera terrestre fue formada por los gases emanados de la generación de la Tierra, tales como hidrogeno (H), vapor de agua (H2O), metano (CH4) y óxidos de carbono (COx). La hidrósfera, como hoy se conoce, fue establecida hace cuatro billones de años por la condensación del vapor de agua, que dio origen a los océanos; sin embargo, a partir del momento de la demostración científicamente soportada por Keeling a finales de los años 50 y 60, la valoración sobre los efectos de las emisiones antropogénicas -humanas- de los gases de efecto invernadero cobró realmente relevancia, así como la observación directa y la modelación del balance de los mismos.
Por citar algunos de estos gases, se encuentran: bióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido de nitrógeno (NOx), hidrocarburos fluorados (HFCs), hidrocarburos perfluorados (PFCs) y hexafloruro de azufre (SF6), siendo este último -empleado en la industria eléctrica- el más dañino para el calentamiento global, ya que su capacidad para almacenar calor es 16 300 veces más que la del CO2 y puede permanecer en la atmosfera hasta 3200 años.
Sin embargo, por la alta producción de CO2, a partir de los últimos acuerdos celebrados en Paris, el objetivo fundamental es su reducción, responsable de 80 % del calentamiento global; sin dejar al margen la reducción de la producción de los otros gases de efecto invernadero como el óxido de nitrógeno y el metano, que acumula 28 veces más de calor que el CO2 y que, afortunadamente, su concentración en la atmosfera es menor.
De acuerdo con el último reporte de The Global Methane Budget 2002-2012 (Carbon Dioxide Information Analysis Center), las emisiones y concentraciones de CH4 continúan aumentando, haciendo que el metano sea el segundo gas de efecto invernadero más importante. En cifras correspondientes al periodo 2003 - 2012, las emisiones de CH4 de origen antropogénico fueron cerca de 60 %, entre 540 Tg/año - 568 Tg/año, principalmente provenientes de manglares, fuentes geológicas y humedales. Geográficamente, la zona tropical <30 °N genera alrededor de 64 %, la zona intermedia 30 °N – 60 °N, 32 % y las zonas de latitud norte -60 °N - -90 °N-, apenas 4 %.
Las actividades humanas forman parte de las emisiones de CH4 a la atmósfera. Los procesos anaeróbicos de la agricultura, como el cultivo del arroz y la ganadería, así como la descomposición de los desechos municipales. También es emitido durante la producción y distribución de gas y petróleo, como un byproduct -producto secundario de un proceso de manufactura o reacción química- por la explotación del carbón, la combustión incompleta de las fuentes fósiles y de la biomasa.
En cuanto a la distribución global de las emisiones, en México, la agricultura y los residuos sólidos son las principales fuentes: 1 mg - 2 mg (CH4) m-2 día-1 y la combustión de los combustibles fósiles, 0.5 mg - 1 mg (CH4) m-2 dia-1. Sin olvidar, el aporte de las termitas, mediante la degradación de la materia orgánica en su panza por la simbiosis anaeróbica de los microorganismos, generando CO2 y 2 - 5 [10 mg - 3 mg (CH4) m-2] dia-1.
«El mayor problema es que a los países, en especial los más pobres, no les interesa complicar algo ya complicado para ellos: asegurar que producen suficiente comida para toda su población», recuerda el director del Global Carbon Project, Pep Canadell. Para este investigador catalán del CSIRO (Australia) y también coautor del trabajo, aunque el metano amenaza con debilitar la lucha contra el cambio climático, el problema podría convertirse en oportunidad: «La gran cualidad del metano es que solo dura 10 años en la atmósfera, por tanto, todo lo que hagamos para reducir el metano tendrá un efecto casi inmediato en el clima».
Una forma de combatirlo es estableciendo compromisos internacionales para su reducción y otro, quizá el más difícil, crear conciencia social sobre los daños en la vida cotidiana y en la economía de los países. Reducir el consumo de arroz, el consumo de carne animal, sin duda representa un gran desafío para la sociedad.