24 de septiembre de 2025
Ana Karen Krieg Álvarez
En México habitan más de 2800 especies de polinizadores, muchas de las cuales no han sido estudiadas científicamente; así lo advierte la Dra. Ángela Nava Bolaños, investigadora posdoctoral de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación - Juriquilla (UMDI-J) de la Facultad de Ciencias (FC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); quien acentúa la importancia de estos organismos y la falta de información que existe sobre ellos, en particular, aquellos presentes en Querétaro, donde ha enfocado sus estudios recientes.
Integrante del Laboratorio Nacional Conahcyt de Biología del Cambio Climático, considera que en México persisten «lagunas de información en torno a los polinizadores, de tal forma, que tenemos especies que no han sido siquiera descritas ni catalogadas» dificultando el conocimiento de la biodiversidad y la puesta en marcha de políticas de conservación adecuadas. Estas lagunas no sólo apuntan a la identificación de especies, sino a la distribución geográfica, la abundancia, la dinámica poblacional e, incluso, las interacciones ecológicas que sostienen estos organismos con su entorno.
La Dra. Nava Bolaños construyó una base de datos con los registros de la presencia de polinizadores en México, desde abejas, mariposas, colibríes y hasta murciélagos. «Una vez que tuvimos la lista de los organismos que pertenecen a los principales grupos de polinizadores, hicimos una búsqueda de los registros. Estas bases han sido publicadas en artículos científicos».
Gracias a estos datos han sido desarrollados modelos de nicho ecológico, que permiten identificar las condiciones ambientales necesarias para que cada especie sobreviva y proyectar sus distribuciones potenciales. Esto es fundamental para realizar el análisis de la biodiversidad y diseñar estrategias de conservación efectivas.
En el caso de Querétaro, aunque los registros de presencia de polinizadores están concentrados en zonas urbanas, «los mapas de diversidad alfa revelan que hay otros sitios de alta diversidad que presentes en el estado». La familia de abejas más diversa en la región es la Apidae, que incluye abejorros y abejas carpinteras, seguida por otras familias como Andrenidae, Colletidae, Halictidae y Megachilidae, cada una con patrones de distribución particulares.
El valor económico de estos polinizadores es inmenso. La Dra. Nava Bolaños destaca, en este sentido, que «la mayor parte de los cultivos producidos en México dependen, en cierto grado, de la polinización animal, principalmente los cultivos de frutas y vegetales». En Querétaro, cultivos como tomate, chile, pepino, frijol y naranja generan ingresos anuales superiores a mil millones de pesos y muchos de ellos dependen directamente de estos insectos y animales para su producción.
La línea de investigación de la académica apunta también a la necesidad urgente de ampliar las áreas protegidas en México, ya que «las áreas que existen actualmente apenas protegen alrededor de 15% de la biodiversidad, sin embargo, existe el compromiso internacional -incluyendo a México- de aumentar a 30% sus áreas de protección».
Este trabajo es el inicio del camino para comprender mejor el papel que juegan los polinizadores y cómo su preservación impacta la biodiversidad, la economía y la seguridad alimentaria. «Hacer este tipo de análisis nos permite determinar dónde deberían localizarse las áreas de protección para salvaguardar una mayor riqueza de especies: especies que tienen sitios de mayor endemismo y también especies que presentan mayores interacciones de polinización con las plantas».
* Información obtenida del encuentro Avances y desafíos en el estudio de polinizadores en Querétaro, en el marco del 1° aniversario del jardín para polinizadores de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación - Juriquilla (UMDI-J) de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).