29 de julio de 2025

Comprensión científica y actividad física frente a la lumbalgia en personas amputadas

Fotografía: Julieta Espinosa 2025

Ana Karen Krieg Álvarez

Una consecuencia común entre las personas amputadas de un miembro inferior es el dolor lumbar; un padecimiento poco visible atendido por el equipo encabezado por el Dr. Raide Alfonso González Carbonell, profesor investigador de la Unidad Juriquilla de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien busca aplicar la ciencia para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

 

El estudio biomecánico de la marcha de las personas amputadas requiere de parámetros de referencia, obtenidos con instrumentos tecnológicos como: cámaras de captura de movimiento, sensores inerciales, electromiógrafos, plataformas de fuerza, entre otros, que permiten una evaluación objetiva de los movimientos.

 

A decir del Dr. González Carbonell, «cuando analizamos la biomecánica de los movimientos de las personas sin alteraciones, observamos que realizan los movimientos de una forma normal. En este sentido, existen ciertos indicadores para medir cómo son estos movimientos, cuál es su calidad…»

 

Con la pérdida de una extremidad y la adaptación a una prótesis, el cuerpo cambia. «Lo hace con ciertos patrones que difieren un poco de la normalidad; hay estructuras anatómicas que están ausentes»; y es que, aunque la prótesis busca imitar el funcionamiento natural, el cuerpo debe compensar las ausencias con otras zonas, como la espalda. «Cuando hay una amputación por encima de la rodilla, por ejemplo, la función mecánica de ésta será compensada mediante la activación de los músculos flexores de cadera».

 

Otras alteraciones consecuentes son la flexión lateral del tronco, la oscilación pélvica y la necesidad de impulsar la prótesis desde la pelvis, lo que implica una carga constante para los músculos de la espalda. Estos movimientos compensatorios son los que, en gran medida, predisponen a las personas con prótesis a sufrir lumbalgia. Y no se trata de una posibilidad remota.

 

De acuerdo con el académico, «la probabilidad de desarrollar lumbalgia en personas que usan prótesis es de 80 %, incluso, cuando la prótesis está perfectamente alineada. En el grupo de individuos que analizamos hay una mayor predisposición a tener lumbalgia».

 

El equipo realizó el proyecto con pacientes del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) – Iztapalapa, el Centro para Rehabilitación de Minusválidos del Aparato Locomotor, I.A.P. (CRIMAL) y, el Centro de Investigación y Desarrollo Ortésico Protésico (CIDOP) de Aguascalientes, mediante cuestionarios sobre dolor lumbar y evaluaciones biomecánicas.

 

Los resultados mostraron una activación muscular constante en la espalda de quienes usan prótesis, sin los «descansos» observados en personas sin amputaciones. «Cuando tienen que aventar la prótesis de atrás adelante, lo hacen con la pelvis y ayudados por los músculos de la espalda; de ahí que siempre tengan una activación».

 

También fueron realizados estudios de estabilometría -valoración del balance corporal-, en los que se observó una mayor oscilación y velocidad del centro de presión en quienes usan prótesis. «Esto se expresa con un área mayor de recorrido del centro de presión y mayores velocidades, que en estudios previos se ha relacionado con una mayor predisposición a la lumbalgia».

 

Actualmente, no existe un seguimiento a largo plazo para identificar el tiempo en el que una persona con prótesis podría verse afectada por la lumbalgia. En palabras del Dr. González Carbonell, «no hay un estudio longitudinal. Las personas una vez adaptadas, retoman sus actividades cotidianas y económicas». Esto ha dificultado el seguimiento clínico continuo, sin embargo, el investigador enfatizó que, al momento de seleccionar a los participantes del estudio, cuidaron que ninguno padeciera de dolores lumbares previos por otras causas, como hernias o accidentes que pudieran comprometer los resultados.

 

Una vida físicamente activa es la recomendación para reducir el riesgo de lumbalgia: «entrenar al cuerpo para evitar la aparición de lesiones». Aunque, la verdadera prioridad está en prevenir la amputación. «Hay un gran porcentaje de personas que son amputadas por enfermedades vasculares, como la diabetes mellitus. Descuidan la salud de los pies, surgen úlceras de presión y eso es lo que provoca las amputaciones».

 

El Dr. González Carbonell, en conclusión, considera que el sistema de salud debe enfocar sus esfuerzos en la prevención y no en la amputación como respuesta. «De esta manera se evitarán las situaciones sociales, económicas y de salud que conlleva».

Los límites energético-materiales y la verdadera transición energética

Dr. Luca Ferrari

Microbiota uterina y bisfenoles: factores invisibles que pueden afectar tu fertilidad

Dra. Sheila Iraís Peña Corona

Cuatro mexicanos en la superficie mercuriana

L.P.C. Julieta Espinosa

¡SERENDIPIAS!

Pólvora

Cylindropun-tieae, tribu botánica de supervivencia extrema

Mextli Moreno

Contacto:

TELÉFONO:

+52 442/2628967

CORREO ELECTRÓNICO: 

contacto@revistaserendipia.com

revista.serendipia@gmail.com

Síguenos en:

Versión para imprimir | Mapa del sitio
© Julieta Isabel Espinosa Rentería