CAMBIO CLIMÁTICO: HIDROLOGÍA Y SOCIEDAD

04.06.2025

Salud y confort, más allá del cambio climático

Fotografía: Julieta Espinosa 2025

Dr. Enrique González Sosa

Para una sensación de confort no basta con disponer de espacios cerrados climatizados, esencialmente, porque la sensación de calor, que provocan las temperaturas altas y la baja humedad del aire en áreas altamente urbanizadas, se ve estimulada por los efectos de las sequías, ondas de calor e islas de calor, desempeñando un papel importante en el confort y la salud, sobre todo, en el bienestar humano.

 

En algunos casos, a los fenómenos climáticos solemos llamarlos eventos extremos, a fin de reducir la presión social; sobre todo, porque la severidad de los eventos climáticos tiene un peso adicional en la morbilidad y la mortalidad de la población. Estos fenómenos climáticos inciden en la descomposición de los alimentos, el incremento de la escasez del agua y la reducción de su calidad; acentúan la malnutrición y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como los desórdenes mentales.

 

Las variables climáticas básicas para medir los impactos de las sequías, ondas de calor e islas de calor son la temperatura del aire y la demanda evaporativa de la atmósfera, porque ambas responden con un crecimiento de sus valores.

 

En periodos calientes, aumenta el consumo de energía, crece la evapotranspiración, hay una pérdida importante de la humedad del suelo y una mínima recarga profunda hacia los acuíferos, los escurrimientos superficiales escasean, los cultivos y vegetación presentan estrés hídrico, sin olvidar el aumento de la contaminación ambiental -como se ha reportado en EE. UU., Brasil y Bangladesh, entre otros países-. Incluso, hay indicadores sobre los daños que se ocasionan en la salud durante el embarazo, reducción en el peso y estatura de los bebes.

 

De los impactos en la salud, debemos poner especial atención en los llamados golpes de calor, porque la vida cotidiana no se detiene por la presencia de altas temperaturas y porque cada día son más frecuentes en los centros urbanos.

 

Por definición, un golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal central superior alcanza los 40° C, generado una disfunción del Sistema Nervioso Central y una anhidrosis -incapacidad de sudar-. En muchas ocasiones se presenta antes de alcanzar los 40° C, por lo que se denomina síndrome de disfunción multiorgánica, predominando la encefalopatía -efectos en la conciencia, el comportamiento y funciones cerebrales-.

 

Para evitar los golpes de calor, enfrentar o reducir sus efectos existen recomendaciones por parte de Organización Mundial de la Salud, como: reducir el esfuerzo y el trabajo; permanecer en la sombra, debido a que la temperatura al sol puede ser mayor -entre 10° C a 15° C- que a la sombra; así como, la hidratación.

 

Ante el cuestionamiento de qué hacer y qué hemos hecho para reducir los impactos en la salud, grosso modo, vemos que la urbanización crece desmesuradamente sin una política pública sobre arquitectura urbana y ecológica, que busque la reducción de la temperatura en los centros urbanos y permita afrontar los daños que causa en la salud de las personas, donde habita más de 70 % de la población del país.

 

Ejemplo de ello es que carecemos de hidratantes, aspersores de humedad o espacios de sombra de uso público. También, vemos que hay escases de bosques urbanos -parques, jardines, camellones-, es decir, baja cobertura arbórea y vegetal para ayudar en la regulación de la temperatura y la contaminación ambiental.

 

En otras palabras, no encontramos políticas públicas que incidan en el bienestar de salud y el confort de la población que habita en centros urbanos, a fin de minimizar los daños que provocan los golpes de calor y que sean de menor impacto, tanto en niños, adultos mayores, mujeres embarazadas, estudiantes y sector productivo, sin importar su condición socioeconómica. En síntesis, debemos construir o hacer reingeniería urbana para mejorar el medio ambiente y disponer de ciudades con un desarrollo sustentable y un ambiente ecológicamente confortable.

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