BIOTHERIA

29.07.2024

Retos del abordaje de heridas en México

Dra. Sheila Iraís Peña Corona

En colaboración con Luis Enrique Caltzontzin y Dr. Gerardo Leyva

Sanación. Jorge Alcántara. 2024.
Fotografía: Dra. Sheila Irais Peña Corona

A lo largo de la historia, el ser humano ha enfrentado situaciones que ponen en riesgo la integridad de la piel -el órgano más extenso con el que contamos- como la caza, la fabricación de herramientas y el establecimiento de ciudades, produciéndose -en ocasiones- heridas. En la antigüedad, para curar las heridas, el hombre se valió de técnicas que realizaban los animales como emplastes -mezcla sólida de componentes naturales y liquido generalmente de tipo acuoso u oleoso- y protección de las heridas con hojas.

 

Con el avance de la era moderna, la medicina y la tecnología, las técnicas e insumos dirigidos a la atención de heridas se actualizaron y hoy en día, podemos encontrar desde gasas simples de tela para la protección física de las heridas hasta sistemas complejos, como los apósitos realizados con biopolímeros, de los cuales hablaremos más adelante. Los apósitos son materiales que presentan una determinada estructura con la finalidad de imitar algunas funciones de la piel, promoviendo una adecuada cicatrización.

 

Las heridas se pueden clasificar en agudas -derivadas de lesiones traumáticas, que pueden ser manejadas con relativa eficacia- o crónicas -úlceras por presión, venosas o diabéticas-, las cuales representan una carga significativa, tanto económica como socialmente; éstas no solo afectan la calidad de vida del paciente, sino que también pueden llevar a complicaciones graves y prolongadas si no se tratan adecuadamente.

 

Si bien, el avance tecnológico y el conocimiento asentado en el tratamiento de heridas ha mejorado con el paso del tiempo hasta la época moderna, actualmente el panorama de las heridas en México representa un gran desafío. Entre los retos relacionados con las heridas que consideramos más importantes se encuentran los siguientes:

 

  • El abordaje de heridas en pacientes con diabetes. En personas que padecen diabetes, el cierre de las heridas es un proceso difícil y que toma mucho tiempo. La Asociación Americana de la Diabetes calculaba 34,2 millones de personas (10.5 % de la población total de los Estados Unidos) con diabetes en 2018. En México, el panorama no es más prometedor, ya que ocho de cada diez personas sufren de obesidad, lo que las predispone a desarrollar diabetes y, en casos no controlados, úlceras por pie diabético. Es de interés conocer este panorama, ya que la diabetes es uno de los integrantes del síndrome metabólico que puede generar heridas de difícil manejo, ya que está reportado que el paciente diabético tiene hasta 25 % de posibilidad de generar una úlcera durante toda su vida.

 

  • Los altos costos relacionados con los tratamientos y la dificultad de acceso a la atención médica. En muchas regiones de México, el acceso limitado a la atención médica de calidad dificulta el tratamiento oportuno de las heridas, exacerbando la situación y conduciendo a complicaciones graves. El problema de control en heridas no solo implica una afectación directa al paciente de manera física, sino también económica, ya que los costos mensuales de la atención de heridas por pie diabético superan los casi 400 millones de pesos mexicanos, posicionando el uso de gasas como el insumo con mayor uso durante el tratamiento de este tipo de heridas y de las heridas en general. Adicionalmente, la población que sufre quemaduras representa una inversión del sector salud de $30,000.00 a $499,999.00 pesos mexicanos en casos severos/leves; de $500,000.00 a 5,000,000.00 de pesos mexicanos en casos de severidad moderada; y de $5,000,000.00 a 40,000,000.00 de pesos mexicanos en casos severos, volviéndolo un problema de suma importancia para la salud pública, con una incidencia de cerca de 13 000 personas al año en México, de las cuales entre 5 % y 8 % es población infantil.

 

  • La resistencia antimicrobiana. El aumento de bacterias resistentes a los antibióticos dificulta el tratamiento de infecciones asociadas a las heridas, lo que complica aún más el proceso de cicatrización. En el grupo de microorganismos que más incidencia tienen en heridas se encuentran: Staphylococcus aureus, Enterococcus spp, Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae, dentro de las cuales y según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, las infecciones por microorganismos como Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus, son catalogadas con atención «prioritaria y urgente».

 

  • Una población cada vez más longeva. Se espera un aumento en las heridas crónicas relacionadas con enfermedades crónicas como la diabetes y la insuficiencia vascular, lo cual dificultará la atención adecuada de las heridas en este tipo de pacientes por el incremento de los casos.

 

El abordaje de estos desafíos en la cicatrización de heridas requiere una estrategia integral que incluya la colaboración interdisciplinaria entre profesionales de la salud, la inversión en investigación y desarrollo, así como una mayor conciencia pública sobre la prevención y el tratamiento adecuado de las heridas. La innovación en terapias avanzadas, como el uso de biomateriales y terapias celulares, ofrece esperanzas, pero la implementación efectiva y el acceso equitativo siguen siendo fundamentales para abordar la carga global de las heridas.

 

La información anterior refleja la necesidad de innovar y presentar alternativas en la fabricación de productos como apoyo para la regeneración de la piel herida, ya que el problema es actualmente un reto de salud pública a nivel mundial. Ofrecer alternativas que se puedan emplear para contrarrestar problemas, como la resistencia bacteriana, permite evaluar diferentes métodos de obtención de sistemas enfocados al tratamiento de heridas, así como explorar la combinación de materiales como los biopolímeros que, en conjunto, puedan ser eficaces para propiciar un mejor cierre de heridas.

 

Los biopolímeros -compuestos de origen natural que provienen de algas como el alginato o la quitina, componente del caparazón de algunos insectos y crustáceos como el quitosano- son altamente utilizados en el andamiaje para heridas, ya que permiten incorporar otros componentes con actividad, siendo de gran interés debido a que poseen propiedades como biodegradación y biocompatibilidad.

 

En nuestro laboratorio, se están trabajando agentes como el aceite esencial de romero en membranas de alginato y se ha observado que cuenta con un espectro amplio de seguridad en su uso, ya que produce un efecto bacteriostático -control de un crecimiento bacteriano mediante la obstaculización de la reproducción- permitiendo así obtener sistemas completos dirigidos al tratamiento de las heridas con varias características favorables como:

 

  • Mantiene un ambiente húmedo que favorece la granulación del tejido.
  • Actúa como barrera entre una herida y el ambiente, protegiéndola de posibles contaminaciones.
  • Tiene la capacidad eliminar exudado y absorberlo.
  • Es de fácil manejo y es económico.
  • Remoción sencilla que no daña o genera un traumatismo mayor.
  • No obstaculiza la valoración de la herida.
  • No genera olores, con componentes biodegradables y biocompatibles.

 

Aunque las membranas que estamos generando en nuestro laboratorio prometen ser una alternativa en el tratamiento de las heridas y la disminución de la resistencia a los antimicrobianos, actualmente hay muchas opciones para incentivar la cicatrización de las heridas, como cremas con cicatrizantes, apósitos con medicamento que propicia la disminución de la inflamación, etc., las cuales podrían ser utilizadas para disminuir tiempo de recuperación que incide sobre la calidad de vida de los pacientes.

 

La cicatrización de heridas sigue siendo un área desafiante en la medicina moderna y abordar estos desafíos requerirá de un esfuerzo coordinado a nivel mundial, combinando avances científicos con políticas de salud efectivas para mejorar los resultados y la calidad de vida de los pacientes afectados por heridas agudas y crónicas.

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